Si no sabes cómo pedir matrimonio, debes conocer esta magnífica idea:
Por su traducción literal, significa “multitud relámpago”. Es una actividad colectiva, en la que se busca sorprender, como por ejemplo, para pedir matrimonio. Existen diferentes tipos de flashmob, como el freeze, en el que las personas se quedan ‘congeladas’ en una posición durante un breve tiempo para después seguir su camino con normalidad. Cuando tienen sentido políticos, se definen como smartmobs y, por último, tenemos a los absurdmobs, que, como se puede intuir, se centran en generar un gesto absurdo multitudinario.
El primer flashmob que se conoce fue realizado en la ciudad de Manhatan, el 3 de junio de 2003 por Bill Wasik. El flashmob más grande registrado se celebró en Londres y reunió a cerca de 30.000 personas que cantaban “Hey Jude”, canción popular del grupo The Beatles. ¿Pero por qué ha ganado tantos seguidores el flashmob en los últimos años? Porque además de ser sorpresivo, es altamente original y permite a las parejas escapar de la típica cena romántica para pedir matrimonio. Incluso, hay empresas mexicanas que se dedican a organizar, no solo flashmob para proponer matrimonio, sino para cualquier tipo de ocasión.
Ahora que ya estás decidido a utilizar el flashmob para hacer tu pedida de mano totalmente original, hablaré de una de las tantas historias de amor en Volopapilio.
Historia real Volopapilio
Emilio pensaba en cómo pedir matrimonio a su novia de nombre Rebeca. Después de mucho investigar por internet, dio con la idea de organizar un flashmob. Entre él y un experto en romance de Volopapilio, planearon que la mejor forma para que Rebeca no imaginara nada de la propuesta de matrimonio, sería decirle a ella que él había ganado una cena romántica por parte de su empresa en uno de los lugares románticos más conocidos de la Ciudad de México.
Sin saber que el tiempo avanza a pasos gigantes, llegó el tan esperado día. Rebeca y Emilio llegaron a La Mansión Papilio. Todo invitaba al romanticismo gracias al ambiente bohemio y exclusivo. Dentro de La Mansión había solo algunas mesas y unos pocos comensales que charlaban en voz casi imperceptible. Ambos tomaron asiento. De pronto, un mayordomo llegó a su mesa y, dirigiéndose a Emilio y a Rebeca, les dijo “Su comida está lista”, mostrando el menú que días antes Emilio había organizado junto al chef. Rebeca observó los platillos e inmediatamente notó que le habían traído su comida favorita. “Seguro le preguntaron a Emilio sobre mis gustos preferidos”, pensó y se dejó llevar por el momento.
A mitad de la cena…
El sonido de un violín cortó el silencio. Emilio y Rebeca levantaron la mirada, él ya sabía que ocurría, ella, sorprendida, pensaba en que era parte de la dinámica del “restaurante”. La violinista siguió tocando en medio del salón chimenea. Pero, de pronto, se levantó otro músico con una guitarra y otro más…
En este momento Rebeca sospechó que Emilio la había llevado a una cena romántica especial, sin embargo, todavía no imaginaba que él tenía un anillo de compromiso en sus bolsillos. Cuando terminaron su comida, el mayordomo los invitó al jardín para que contemplaran la pirotecnia especial.
¿Le dijo que sí?
Emilio y Rebeca caminaron hacia el jardín, con sus manos entrelazadas. Ambos observaban los fuegos artificiales que alumbraban el cielo. De pronto, Rebeca sintió que su novio hacía un movimiento extraño, volteó a verlo. Sus lágrimas no se hicieron esperar cuando lo vio arrodillado ante ella, con un anillo de compromiso entre sus manos. Todo su corazón se llenó de emoción cuando escucho la voz de Emilio diciendo la pregunta ¿quieres casarte conmigo?
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